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Con un aspecto relativamente moderno, Zagora a primera vista parece ser más necesario como un centro administrativo regional que fascinante como un lugar para visitar. A pesar de que no descubrirá las maravillas arquitectónicas históricas de Fez y Meknès, o el ambiente ricamente cargado de Marrakech, Zagora sigue siendo un nivel fascinante desde el cual descubrir este rincón del sureste de Marruecos.
Alrededor de la ciudad se encuentran los innumerables palmerales del valle de Drâa, enmarcados por el Jbel Rhart y los picos del Jbel Sarhro al norte y el Jbel Bani al sur. Entre el verdor de los palmerales se encuentran los Ksour, o aldeas fortificadas, cuyo color y textura reproducen el color de la piedra que construyeron. La edad de uno de estos asentamientos se refleja dentro de la identidad, que es un modelo arabizado de la frase 'César'.